TE MIRO
Te miro bajar por los cerros
y subirlos con la gracia de siempre
no tengo presente lo que ahora te cuesta
la cercanía de lo que está al otro lado
las lagunas de los días sin hitos
los recuerdos que afloran
sin que nadie los llame.
Si tu no estuvieras mi condena sería
divisarte en todas las esquinas
conversando en cualquier café
recorriendo incansable
los caminos polvorientos de la memoria
cumplirían las nubes su destino
pero no serían capaces
de enseñarme cómo
dejar de llorar.
LA VEJEZ DE INGMAR BERGMAN
Recorre la isla solitaria y en medio del Báltico
grita y gime desconsolado
pensando en una producción sin fin.
En el ocaso del día gris de luces intermitentes
ella le ha prometido que él moriría primero.
Asidos de la mano mientras la oscuridad avanza,
él la contempla intensamente:
será la última imagen que lo acompañará algún día.
Con la crueldad que sólo puede esperarse de la vida
ella ya se ha ido.
Acosado por las inmisericordias de la vejez
lo ahoga el pensamiento de no verla.
Nunca más.
CLERKENWELL ROAD
Con la mirada sumergida en los lagos del sur
su cuerpo sigue caminando por la calle sombría
se aproxima al pub de la esquina
lento pasa el cartero y el milkman deja las two pints half cream en la puerta
"lovely day, isn't it?"
las infinitas chimeneas marchan sin arrojar humo.
Al otro lado de un minúsculo espejo oscuro
su vida acontece
Cada castaña cae dejando entre sus puntas
1 comentario:
Muy buena tu poesia, me hizo acordarme de mi mamá que le gustaba mucho escribir, pero nunca publico nada....es algo que le debo.
Publicar un comentario