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lunes, 23 de junio de 2008

POESÍA PUBLICADA

TE MIRO

Te miro bajar por los cerros

y subirlos con la gracia de siempre

no tengo presente lo que ahora te cuesta

la cercanía de lo que está al otro lado

las lagunas de los días sin hitos

los recuerdos que afloran

sin que nadie los llame.

Si tu no estuvieras mi condena sería

divisarte en todas las esquinas

conversando en cualquier café

recorriendo incansable

los caminos polvorientos de la memoria

cumplirían las nubes su destino

pero no serían capaces

de enseñarme cómo

dejar de llorar.


LA VEJEZ DE INGMAR BERGMAN

Recorre la isla solitaria y en medio del Báltico

grita y gime desconsolado

pensando en una producción sin fin.

En el ocaso del día gris de luces intermitentes

ella le ha prometido que él moriría primero.

Asidos de la mano mientras la oscuridad avanza,

él la contempla intensamente:

será la última imagen que lo acompañará algún día.

Con la crueldad que sólo puede esperarse de la vida

ella ya se ha ido.

Acosado por las inmisericordias de la vejez

lo ahoga el pensamiento de no verla.

Nunca más.



CLERKENWELL ROAD

Con la mirada sumergida en los lagos del sur

su cuerpo sigue caminando por la calle sombría

se aproxima al pub de la esquina

lento pasa el cartero y el milkman deja las two pints half cream en la puerta

"lovely day, isn't it?"

las infinitas chimeneas marchan sin arrojar humo.

Al otro lado de un minúsculo espejo oscuro

su vida acontece

Cada castaña cae dejando entre sus puntas

corazones abiertos







POESÍA - TRADUCCIONES

FIEBRE DE MAR

JOHN MASEFIELD 1878-1967

Yo tengo que bajar a los mares nuevamente, al mar solitario y al cielo,

Y todo lo que pido es un alto navío y una estrella que pueda guiarme,

el golpe del timón y la canción del viento y el vibrar de una vela blanca

y sobre la cara del mar una neblina gris y el abrir de una gris madrugada.

Yo tengo que bajar a los mares nuevamente, al llamado de las fuertes mareas

un llamado salvaje y un llamado vibrante que no se puede ignorar;

Y todo lo que pido es un día de viento y nubes blancas volando en el cielo,

Y la espuma estallando y el agua salpicando y el chillido de las gaviotas.

Yo tengo que bajar a los mares nuevamente, a la vida gitana y errante

por el camino del pájaro y el de la ballena donde el viento es un cuchillo recién afilado.

Y todo lo que pido son los cuentos alegres de un compañero de andanzas que ría,

Y un descanso tranquilo y unos sueños muy dulces al final de la larga jornada.

SEA-FEVER

I must go down to the seas again, to the lonely sea and the sky

And all I ask is a tall ship and a star to steer her by,

And the wheel´s kick and the wind´s song and the white sail´s shaking

And a grey mist on the sea´s face and a grey dawn breaking.

I must go down to the seas again, for the call of the running tide

Is a wild call and a clear call that may not be denied;

And all I ask is a windy day with the white clouds flying,

And the flung spray and the blown spume, and the sea-gulls crying.

I must go down to the seas again, to the vagrant gypsy life,

To the gull´s way and the whale‘s way where the wind´s like a whetted knife;

And all I ask is a merry yarn from a laughing fellow-rover

And quiet sleep and a sweet dream when the long trick´s over.

Canto IX

W H Auden 1907 - 1973

Detengan todos los relojes, desconecten los teléfonos

Que no ladre el perro alrededor de un hueso jugoso

Acallen los pianos y al redoble de tambores en sordina

saquen el féretro, que avance el cortejo.

Circulen en lo alto aviones enlutados

escribiendo en el cielo las palabras Ha Muerto

Que cuelguen crespones de las palomas públicas

La policía dirija el tránsito con guantes negros

Fue mi norte, mi sur, mi este y mi oeste,

mi día de la semana, mi descanso en domingo,

mi mediodía, mi medianoche, mi conversación, mi canto;

Creí que el amor duraría para siempre: me equivoqué.

Las estrellas ahora no se necesitan: apáguenlas una a una;

Encierren a la luna en una maleta y desmantelen el sol;

Vacíen el océano y desháganse de los bosques.

Ya nunca más nada podrá llegar a un buen final.


Stop all the clocks, cut off the telephone,
Prevent the dog from barking with a juicy bone,
Silence the pianos and with muffled drum
Bring out the coffin, let the mourners come.

Let aeroplanes circle moaning overhead
Scribbling on the sky the message He Is Dead,
Put crepe bows round the white necks of the public doves,
Let the traffic policemen wear black cotton gloves.

He was my North, my South, my East and West,
My working week and my Sunday rest,
My noon, my midnight, my talk, my song;
I thought that love would last for ever: I was wrong.

The stars are not wanted now: put out every one;
Pack up the moon and dismantle the sun;
Pour away the ocean and sweep up the wood.
For nothing now can ever come to any good.

A MI TUMBA NO VAYAS A LLORAR. (Anónimo)

A mi tumba no vayas a llorar.

Allí no estoy. No me dormí.

Soy el millar de vientos que se agitan.

Soy los diamantes que titilan en la nieve.

Soy los rayos del sol en el cereal maduro.

Soy la lluvia tenue del otoño.

Cuando despiertas en la quietud de la mañana

soy el rumor de pájaros que raudos

se elevan volando en círculos silenciosos.

Soy las estrellas que brillan suaves en la noche.

A mi tumba no vayas a llorar.

Allí no estoy. Yo no morí.

DO NOT STAND AT MY GRAVE AND WEEP

Do not stand at my grave and weep;

I am not there. I do not sleep.

I am a thousand winds that blow.

I am the diamond glints on snow.

I am the sunlight on ripened grain.

I am the gentle autumn rain.

When you awaken in the morning’s hush

I am the swift uplifting rush

Of quiet birds in circled flight.

I am the soft stars that shine at night.

Do not stand at my grave and cry;

I am not there. I did not die.